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Experiencia en el Pueblo toledano

                                          Pueblo Toledano

     Pocos metros distan entre un antiguo Castillo en la provincia de Toledo y nuestro próximo objetivo para realizar una nueva experimentación. No obstante, se hacen lejanos en el tiempo el derruido Castillo palaciego medieval y el lugar objeto de nuestro estudio.
     Como si de una cita inquietante se tratase, nos situaba a algunos miembros de DAGUIAN en uno de los vehículos particulares apostados en una pequeña salida de la carretera. Era de esperar que mientras aguardábamos la llegada del resto de compañeros hablásemos y comentásemos ciertos puntos interesantes que confeccionaban la lúgubre historia de este enclave que despertó nuestra curiosidad.
     Una vez reunidos todos, divisamos el claroscuro del cielo, y deleitándonos con esa bella imagen que el oportuno ocaso del día nos proporcionaba, mostrando la inconfundible silueta de la torre del Castillo, como si fuese objeto de un orto majestuoso sobre el horizonte, nos empezamos a desplazar hacia el lugar donde desarrollaríamos nuestro trabajo.
     Se trataba de una simple y pequeña capilla, en la que se había de suponer que se celebraban actos religiosos, probablemente católico-cristianos, dada su escenografía que así lo sugería. Parecía de un fácil acceso, puesto que la puerta principal se encontraba abierta, como si quisiera invitar a entrar a todo aquel  que de buena voluntad, como nosotros, quisiera hacerlo.
     Esta predisposición de la edificación y nuestro interés saludable hicieron que prácticamente y sin titubear, nos introdujésemos en su interior. Toda la estética  parecía estar acorde con la fricción que el tiempo y la entrada de algún desalmado pudiera infligir sobre este sitio.
     Pero todo no había hecho más que empezar. Al poco tiempo nos percatamos que a la izquierda de la entrada se encontraba una puerta; esta puerta daba acceso a un recinto totalmente inesperado para nuestro conocimiento del lugar. Un conjunto de tumbas con distintas características ornamentales conformaban aquel pequeño terreno en un cementerio. No en mucho tiempo nos dimos cuenta que aquel cementerio guardaba en su descanso a miembros de una misma familia.
     La sensación de tristeza y la regresión virtual en el tiempo invadía nuestro pensamiento, hubo de influir en nuestra reflexión sobre lo que pasó en sus inmediaciones. Con anterioridad nos habíamos informado en cuanto a la historia del lugar se refiere; era cierto, una familia fue asesinada, posiblemente fusilada, en una negra etapa histórica de nuestro país que mejor guardar para siempre en el cajón del olvido. La Guerra Civil Española.
     Nuestro recorrido por el recinto no acabó en ese pequeño Campo Santo. Fuimos conocedores de otro lugar, extraño, silencioso y escondido a simple vista. Un lugar sordo y muy respetuoso aún más si cabe, que el cementerio que anteriormente se citó. Nos habíamos adentrado ni más ni menos que en una cripta; sí amigos! Una cripta de la que bien pudimos deducir que quienes se encontraban allí en el descanso eterno pertenecían a la misma familia masacrada en la desgraciada guerra civil española.  El lugar imponía de manera notoria, siendo éste objeto de algunas de las grabaciones que más adelante realizaríamos.
     Alcanzada esta frontera entre la inspección ocular obligada y la propia experimentación, instalamos el equipo del que se disponía aquella noche. Decir en primer lugar, y haciendo honor de nuestra sinceridad, que no tuvimos de forma directa ningún tipo de encuentro con los fenómenos extraños, si bien, sí que nos dieron algún pequeño sobresalto las pobres palomas que allí pernoctaban,  volando algo alteradas sobre nuestras cabezas.
     Con respecto a los sensores que controlan siempre nuestro perímetro de seguridad, sí que se activaron en alguna ocasión, pero bien pudiera ser por causas lógicas dado que estaban colocados en el exterior del inmueble algunos de ellos, pudiendo provocar algún animal su respuesta sonora o no...
     Lo que sí se dio, y para nosotros totalmente de forma inusual y extraño, fue la obtención del resultado de una grabación inaudita. Por supuesto se obtuvieron grabaciones psicofónicas que se prestan más a las que se registran “normalmente”, pero nos referimos a la inclusión parafónica que no es tan habitual. Y es que, como nos suele pasar a veces, casi yéndonos, recogimos en una de las grabadoras digitales una serie de “crujidos” inexplicables, los cuales se producían mientras nosotros nos despedíamos del lugar y que aparecen junto a nuestras propias voces. Por supuesto, estamos seguros de que mientras grabábamos el silencio era sepulcral, y nunca mejor referido, puesto que esta grabación fue obtenida, precisamente, en la descrita cripta. ¿Qué fue aquello? ¿Por qué, cuando nos disponíamos a abandonar aquel lugar?
     Podréis escuchar esa grabación en esta misma página.
     Hasta la próxima amigos!!!
GRUPO DAGUIAN MADRID: MISTERIOS Y OVNIS

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