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Historia de Belmez
Las Caras de Bélmez
Más allá de ser consideradas simples pareidolias (fenómeno psicológico donde un estímulo vago y aleatorio -habitualmente una imagen- es percibido erróneamente como una forma reconocible), las Caras de Bélmez son un hito en el complejo y variado mundo del misterio y de lo paranormal. Es un fenómeno único en el mundo y lo mejor aún, un fenómeno que, contra todo pronóstico, lejos de perder vitalidad y difuminarse con el paso inexorable del tiempo y la desaparición de María Gómez Cámara (supuesta médium, inductora o intermediaria entre los dos planos), persiste, se reaviva y muta para desconcierto de sabios y profanos, retando a la ciencia como pocos fenómenos extraños lo hayan hecho.
Pero vayamos por partes. Bélmez de la Moraleda (Jaén) es un pequeño pueblo jiennense a las faldas de sierra Mágina, la sierra mágica, de dónde adquiere el apelativo. Corren los primeros años setenta del pasado siglo cuando salta la noticia en el diario Pueblo. En el suelo de una humilde cocina, de una humilde casa de pueblo humilde, han aparecido unas manchas que asemejan ser rostros bien definidos, con sus ojos, cejas, labios, dientes, bigotes,… El prodigio aparece en la vivienda sita en calle Real, número 5 y cobra tal virulencia que traspasa nuestras fronteras convirtiéndose en un reconocimiento mundial. No en vano grandes investigadores dedican sus esfuerzos a descifrar el enigma acercándose hasta aquella casa de pastores. Figuras, ya desaparecidas, de la talla de Germán de Argumosa o Jiménez del Oso, en el ámbito nacional o el prestigioso Hans Bender fuera de nuestras fronteras, así lo atestiguan dedicando su tiempo, esfuerzos y dinero en el estudio de los sucesos. El fenómeno recobra su zénit cuando el diario mencionado imprime por primera vez que aquellas caras, aquellos rostros y aquellas formas humanas, hablan. El escenario llega a ser tan mediático para toda la población española, que todo el mundo anhela ver aquellas figuras, gente de cualquier clase y condición pugna por hacerse un hueco en las filas de parroquianos que querían verlas ante sus propios ojos. Es tal la presión, que las altas esferas del régimen franquista del momento y de la Iglesia, deciden intervenir a su modo torpedeando y falseando las investigaciones, hasta el punto de crear confusión social y conseguir el objetivo buscado, hacer creer a la población que todo aquello era un fraude orquestado por aquella humilde familia con el único afán de enriquecerse y de cobrar celebridad. Pero nada más lejos de la verdad, como luego veremos.
Cuentas las crónicas, que esa vivienda lindaba con un antiguo cementerio árabe del s. XIII y en las excavaciones realizadas en el suelo del hogar efectivamente se han llegado a recuperar osamentas humanas, siendo ésta una posible explicación de la fenomenología. Las caras, no solo aparecen en el suelo de la cocina, sino que se desperdigan por la gran mayoría de la planta baja de la vivienda. Algunas figuras retan a la incertidumbre desde el mismo pasillo de la entrada a la casa. Figuras que rotan sobre su eje con el paso del tiempo o que desaparecen para dejar resurgir imágenes nuevas o que forman parte de escenas ya de por sí más complejas.
Como suele ocurrir muchas veces, no existe un acuerdo unánime sobre la veracidad o no del fenómeno. A lo largo de su historia, se han producido investigaciones más o menos serias que han arrojado resultados variopintos y disparatados, unas veces y más contundentes y fiables otras. Basten ejemplos como aquellas primeras e ingenuas manifestaciones de haberse servido de sales y nitratos de plata, hollín y vinagre para falsificar las primeras caras, frente a estudios del CSIC (Consejo superior de investigaciones científicas), informes notariales, experimentaciones de la SEIP (Sociedad española de investigaciones parapsicológicas) comandadas por el prestigioso Pedro Amorós y de un equipo de técnicos en Ingeniería química, en el 2014, secundados por el reconocido Íker Jiménez, que no pudieron encontrar restos o motivos de pigmentación alguna, complementados con estudios psicofónicos del parapsicólogo D. Germán de Argumosa o tantos otros investigadores de renombre y de la misma SEIP que demuestran una actividad fidedigna.
Frente a los que hablan o hablaron de fraude y de la posibilidad de que el fenómeno desapareciera poco a poco tras la muerte de la dueña de la casa, María Gómez Cámara, allá por el 2004, como mediadora o impulsora de las teleplastias, nos encontramos que esas caras de ancianos y con rasgos joviales en otras, esos cuerpos desnudos y contorneados de mujeres y niños, efectivamente permutan, se desvanecen, pierden los contornos, pero reviven en otras caprichosas formas que quizá alimentadas por la humedad del subsuelo y algo más, desafían a la ciencia y a la lógica. Si el fenómeno fuera un burdo y simple fraude hace muchos años que hubiera sido descubierto y sin embargo, aún persiste como las nieves casi perpetuas de la Sierra Mágina, sierra mágica, que lo vio nacer. Cada cual es libre de extraer sus propias conclusiones.
GRUPO DAGUIAN MADRID: MISTERIOS Y OVNIS

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