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Historia y experiencia en el monasterio de Carmona
HISTORIA Y EXPERIENCIA DEL MONASTERIO DE CARMONA (SEVILLA)
El monasterio de Carmona, llamado actualmente como huerta de los frailes, pero que en el siglo XVII se llamaba como huerta de San José, fue fundado en el año 1620, y a 40 kilómetros de Sevilla, en la localidad de Carmona, en la carretera que una Viso del Alcor y Carmona. Monasterio de franciscanos – dominicos, para el internado e iniciación del noviciado. Nos adentramos al convento de frailes carmelitas de San José, también llamado como monasterio maldito o monasterio del diablo, por la historia que posteriormente se narra, fue un convento y colegio, durante apenas dos décadas. Se recuerda que se realizaba la procesión de la Virgen del Carmen y niños que hicieron allí la comunión, que residían en la huerta. Sin apenas historiografía, se dice que fue una donación de alimentos que hizo el ayuntamiento para intentar que los monjes no se muriesen de hambre.
El motivo del abandono del edificio fue que uno de los frailes que fue enviado a dirigir el convento, no quería ese destino y cuando ascendió en la orden hizo todo lo posible para que la congregación lo cerrara.
Todos sus habitantes se fueron a los pocos años de estar allí, y la gente del entorno vio como lo dejaron todo allí intacto, como muebles, alimentos en la bodega y ropas. En lo alto de una colina, y lo alejado, dio lugar a las leyendas, de presencias, sombras, voces y cantos gregorianos.
En el sótano, pudimos apreciar unos ganchos, que eran para colgar la carne.
Pero desgraciadamente se ha ido llenando de fantasía, cuando se dice de un documento redactado por un escribano de la época y que lo relata de la siguiente forma: “Yo, señores, me hice fraile dominico en el convento de San José, entré al noviciado hace ya tres años poco más. En la mañana del 20 de noviembre de este año de nuestro señor (1860) entró, por parte de Cantillana, un aspirante al noviciado que dijo llamarse según recuerdo don Jaime Malvidas y que fue aceptado con plena satisfacción por parte del prior y demás. Este hombre era alto, de cejas muy pobladas, de nariz aguileña, y su cara era tan fina como la de una espada. Nunca le vi en compañía de otros en la huerta o en la capilla, por lo que nos extrañó…, Yo, señores, no sé cómo ocurrió, que, en la mañana del 2 de noviembre del susodicho año, cuando desperté, no encontré la puerta de mi celda abierta como era la costumbre (pues como ustedes saben todas las noches nos echan llave y cerrojo), y creyendo que era aún muy temprano, me entregué a profundas meditaciones.
Después de esperar mucho rato, sentí por fin unos pasos débiles que provenían del pasillo y que venían a morir justo en la puerta de mi celda. La puerta, de un suave golpe, quedó abierta, pero cuánta fue mi sorpresa, cuando pude comprobar que detrás de ésta no había nadie… Entonces fue cuando pensé que quizá la misa primera ya hubiese empezado, y me hubiese quedado dormido y castigado, pero al ver que las puertas de las celdas de mis compañeros estaban abiertas de par en par, me quedé pensativo un momento, para después salir corriendo hacia la capilla. Cuando llegué a ésta, no vi a nadie, y me entró un calor desde la garganta hasta el pecho, cuando oí unos lamentos a media voz que al parecer provenían de la cocina que estaba al lado de la capilla… Cuando llegué a la cocina, los quejidos se oían más fuertes dentro de mí, que pensé que era yo mismo el que los producía. Pero pronto me di cuenta que el lugar de su procedencia era el sótano y sin poderlo remediar, me vi no sé cómo bajando sus empinados escalones. Y maldita sea, señores, maldita sea el momento en el que entré en aquella habitación, pues al entrar encontré al padre prior y a los demás frailes colgados de los ganchos donde solíamos colgar los cerdos, jamones y chorizos. Yo, señores, al ver aquel marco infernal y sangriento, comencé a ver unos seres pequeños, que, apiñados alrededor de los cuerpos muertos, comían sus carnes. En aquel momento sentí un desmayo pasajero, y pude ver, señores, cómo los seres que antes os había hablado se reunían en uno solo, de aspecto repugnante. Mirándome, me dijo estas palabras: “Te dejo vivir, para que proclamaras mi venida al mundo”.
Entonces un fuego comenzó a propagarse por el sótano… No pude mover músculo alguno, para moverme y salir corriendo, y cuando pude hacerlo, la misma voz que referí anteriormente, me volvió a decir: “Ve y di que Satán está aquí…”. Se quiere hacer ver como historia, cuando no deja de ser una mera leyenda, y de dudosa credibilidad dicho escrito, en el que se dice que un fraile se levantó una noche, de su cama, y se dirigió a la sala en la que se guardaba la comida, y en ella, en los ganchos, todos sus compañeros frailes estaban muertos y colgados de esos ganchos y unos seres comiendo de sus carnes. Al fondo de la sala, el mismo diablo, se proclamaba autor de aquello, y ordenó al único superviviente que lo contara, al rato que empezó a propagarse un fuego por el sótano. Se dice que los monjes se encuentran enterrados en los terrenos del sótano, y que cuando estaban enterrándoles se oscureció el cielo, y entre dos columnas de fuego el rostro horrible de una alimaña. Al rato, un rayo descendió, y una luz blanca y de ésta, empezó a salir un ser con forma humana. Todo el pueblo se dice que salió despavorido.
También se cuenta un intento de exorcismo en el lugar, por el pueblo en el cual murieron mucha mas gente de manos del diablo. Después de aquello se mandó sembrar con sal el lugar para alejar al demonio, y por tanto desposeer de todo mal de aquel lugar sagrado.
Cuando Grupo Daguian Madrid, recorrimos el lugar, de aspecto tétrico, se sentía de pronto un frío, que recorría el lugar. En lo que cuentan que se vienen escuchando pasos, golpes, murmullos y cánticos gregorianos y observando luces extrañas y siluetas, con forma de monjes. Los sensores de movimiento saltan solos, y luces con cierta inteligencia, recorren el entorno, realizando formas extrañas. El cambio brusco de temperatura es un clásico constante, que a ocurrido a mucha gente, como pudimos constatar nosotros.
En este lugar, pudimos constatar, como han realizado la ouija, ritos satánicos, y pintadas, como la estrella de cinco puntas o pentagramas en el suelo, junto a velas negras, con el resto de la cera quemada, formando un círculo alrededor del dibujo.
Por tanto un lugar con mucha energía y habitual en la captación de grabaciones psicofónicas.
GRUPO DAGUIAN MADRID: MISTERIOS Y OVNIS

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